Mirando al sur

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Contrasta la visión geopolítica del oficialismo con la de quien según las encuestas, es el principal aspirante a la presidencia en 2015.

La estrategia electoral del oficialismo es consolidar –al menos desde el discurso- un 20% del electorado que con matices, supone se identifica con el gobierno. Para el territorio reparte subsidios, y fundamentalmente cuenta con las herramientas de disciplinamiento de los programas de refinanciación de deudas y el reparto discrecional de obras, no muy significativas. De esta forma mantiene alineados a los dirigentes y cree asegurarse la conformación de las listas de legisladores para las PASO.

Se ha dicho que ante la imposibilidad de asegurar el triunfo de un continuador, el oficialismo pretende al menos garantizarse un número de legisladores que desde el Parlamento le cuide las espaldas cuando se alejen del gobierno.

El descubrimiento del yacimiento de Vaca Muerta podría haber sido uno de esos milagros que siempre salvaron al gobierno de sus momentos más sombríos. Sin embargo el cristinismo no solo perdió el control del manejo de la deuda –lo que espanta las necesarias inversiones pese a los esfuerzos fiscales que se hicieron con el Club de Paris y Repsol-, sino que se ha empecinado en una cruzada contra los gobiernos de las provincias petroleras, a quienes no quiere de socias y les pretende imponer una nueva ley de hidrocarburos.

Si hubiera dudas al respecto basta ver lo que hizo CFK con el gobernador de Chubut Martín Buzzi, Presidente de la OFEPHI, a quien no solo se lo ha empezado a hostigar judicialmente, sino que se lo invitó a la Casa Rorada para sentarlo en primera fila y que la presidente lo maltrate públicamente, a él y demás gobernadores de provincias petroleras. Algunos ya sostienen que Buzzi va a terminar volviendo bajo el ala de su mentor, el massista Mario Das Neves, pero deben ser los mismos que sostienen que Scioli también terminará siendo candidato por el FR.

En cambio Massa no solo atiende los distritos electoralmente más significativos y cierra filas con los dirigentes peronistas más reconocidos, preparando una interna presidencial bien peronista con Rodríguez Saa y De la Sota; a los que se podrían sumar Reutemann y hasta el correntino Colombi, para darle un toque de transversalidad.

En vísperas de la elección interna del MPN, Massa se comunicó con el dirigente petrolero Guillermo Pereyra para apoyar su candidatura y a juzgar por los sondeos y la cantidad de mujeres que asisten a sus actos, seguramente se impondrá.

Pereyra es un hombre clave. De ganar mañana aspirará con grandes chances a ser el gobernador de una provincia que en poco tiempo se convertirá en una especie de Kuwait patagónica.

El apoyo de Massa a Pereyra fue la justa retribución a aquel “cada vez estoy más cerca de Massa”, que el petrolero señalara un mes atrás, lo que debe estar preocupando mucho al gobierno que hasta ahora ha contado al senador como aliado en todas las votaciones en las que lo necesitó.

Cabe recordar que hasta antes de estas manifestaciones, Pereyra había expresado su apoyo a Daniel Scioli, a quien imaginaba acompañado en la fórmula por su amigo rionegrino Miguel Pichetto.

Río Negro es la otra provincia petrolera de la Patagonia que Massa quiere sumar al FR, pero aquí sí el gobierno ha comenzado a operar para no perderla y si fuera necesario, se la dejará servida al radicalismo.

 

 

 

 

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