Los diputados de la Ciudad de Buenos Aires emitieron una declaración por el Día Internacional del Trabajo. Campañas contra el bullying, el maltrato infantil y en favor de los celíacos.
Conmemoración de un nuevo aniversario del Día Internacional del Trabajador, el 1 de mayo del presente año.
En el Día Internacional de los Trabajadores se conmemora el movimiento obrero mundial. Es una jornada que se ha utilizado habitualmente para realizar diferentes reivindicaciones sociales y laborales a favor de las clases trabajadoras por parte, fundamentalmente, de los movimientos socialistas, anarquistas y comunistas, en los orígenes de esta efemérides y en la Argentina adoptó una impronta peronista desde los mediadios de la década de 1940.
Desde su establecimiento en la mayoría de países (aunque la consideración del día festivo fue en muchos casos tardía) por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago. Estos sindicalistas anarquistas fueron ejecutados en Estados Unidos por participar en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto álgido tres días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket. A partir de entonces se convirtió en una jornada reivindicativa de los derechos de los trabajadores en sentido general que es celebrada en mayor o menor medida en todo el mundo.
En Argentina, el 1º de mayo fue adoptado como “Día del Trabajador” en el año 1890 por el Club Socialista Alemán Vorwartz. Ellos realizaron las primeras movilizaciones con características pacíficas, legalistas y ambiguamente festivas. Es decir que, en un principio, el Día del Trabajador fue una celebración esencialmente socialista. La prensa más conservadora las describió destacando el orden y la “cultura” puestos de manifiesto por los trabajadores. Esas manifestaciones eran organizadas por el Partido Socialista y unos pocos sindicatos que asistían en grupos minoritarios.
Recién en 1901 los anarquistas abandonaron su rechazo a la celebración y organizaron sus propias manifestaciones con un tono diferente. Para los anarquistas el Día del Trabajador no era una festividad, sino un día de duelo, pero encontraron allí la forma de ejercitar su gimnasia revolucionaria. Así se convirtieron en blancos de las represiones policiales.
Actualmente, el trabajo sigue siendo la primera necesidad para enfrentar los problemas de supervivencia y de realización del ser humano en una actividad que lo gratifique y le permita desarrollar su enorme creatividad individual y social.
Si el trabajo dignifica, algo en lo que todos en esta Legislatura estaremos de acuerdo, se aceptará que para planificar un futuro con una distribución equitativa de la riqueza es imprescindible repensar los nuevos roles laborales y de productividad, las expectativas reales del trabajo, la imperiosa necesidad de crecimiento productivo y la reformulación de un sindicalismo adaptado a las exigencias del nuevo mundo que nos toca vivir», según los fundamentos del proyecto presentado por los legisladores Claudio Romero y Ariel Álvarez Palma (VJ), aprobado por casi todos los bloques, excepto los de izquierda.
Contra el bullying y el maltrato infantil
Por iniciativa del legislador Héctor Apreda (VJ) y con despacho de la comisión de Educación, se aprobó la adhesión al Día Mundial contra el bullying y o acoso escolar (2 de mayo). A su vez, sobre tablas se votó afirmativamente un proyecto oficialista por el Día Internacional de la Lucha contra el Maltrato Infantil (25 de abril).
«Los días mundiales buscan sensibilizar, concienciar y señalar que existe un problema sin resolver, un asunto importante y pendiente en las sociedades para que, a través de esa sensibilización, los gobiernos y los estados actúen y tomen medidas o para que los ciudadanos así lo exijan a sus representantes», explicó el despacho de la comisión legislativa.
El bullying o acoso escolar se define como cualquier comportamiento agresivo para afirmar la dominación sobre los demás que puede incluir ciberacoso, bloqueo social, hostigamiento, manipulación, coacciones, intimidaciones, agresiones, amenazas, acoso escolar homofóbico, entre otras formas. Se trata de violencia psicológica o física, pero también del silencio de los que miran y de las risas de los que rodean la escena.
Las víctimas de estos ataques tienen menores rendimientos escolares, padecen problemas emocionales que pueden derivar en depresiones, ansiedad, soledad y baja autoestima que a veces puede llevar al suicidio. Un informe de UNICEF con datos de 190 países asegura que uno de cada tres estudiantes entre 13 y 15 años de edad años sufre acoso escolar.
Según el informe «Posicionamiento sobre adolescencia en el país», de Unicef (2017), el bullying resultó ser uno de los aspectos preocupantes. Allí citan a la UNESCO y dicen que Argentina lidera los rankings de bullying o acoso escolar en la región: 4 de cada 10 estudiantes secundarios admite haber padecido acoso escolar, mientras que 1 de cada 5 dice sufrir burlas de manera habitual. Estadísticas del Observatorio Internacional de bullying sin fronteras para la República Argentina, alertan sobre el crecimiento de los casos . De 2.236 hechos denunciados en 2017 se aumentó a 2.974 en el año 2018. La Ciudad de Buenos Aires es uno de los distritos con mayor cantidad de casos.
En cuanto al maltrato infantil, los diputados que presentaron el proyecto señalaron que existen altos porcentajes de hogares donde se usa el castigo físico para supuestamente educar a los niños. Encuestas de Unicef en la Argentina indican que el 96% de los adultos está en contra de esas prácticas, pero a la vez el 40% reconoce que aún se utilizan métodos violentos contra los menores.
La Ciudad de Buenos Aires tiene un subprograma de Asistencia al Maltrato Infantil, que ofrece asistencia, orientación y acompañamiento integral a niñas, niños y adolescentes de hasta 18 años, víctimas de maltrato o en situación de violencia física, psíquica o sexual o testigos de violencia, a través de un abordaje interdisciplinario que incluye a los adultos involucrados con ellos, sean o no responsables de la situación de maltrato.
Día de la enfermedad celíaca
Otro proyecto aprobado fue la adhesión al Día Internacional de la Enfermedad Celíaca (5 de mayo), por iniciativa de los legisladores Claudio Heredia y Santiago Roberto (BP).
La celiaquía es la intolerancia permanente al gluten, conjunto de proteínas presentes en el trigo, avena, cebada, centeno (TACC) y derivados de estos cuatros cereales. Esta intolerancia daña el revestimiento del intestino delgado impidiendo la absorción de ciertas partes de los alimentos que son importantes para permanecer saludables.
Para el tratamiento de la celiaquía no hay medicamentos, lo indicado es una nutrición adecuada con alimentos y bebidas libres de TACC. Estudios realizados por el Ministerio de Salud de la Nación, indican que en nuestro país aproximadamente el 1% de la población padece esta patología, es decir más de 400.000 personas.
La Legislatura porteña ha sancionado la Ley 5.999 que establece un sistema de promoción para los establecimientos gastronómicos que opten por elaborar un menú libre de gluten. «No obstante, algunas de las normas sancionadas no se están verificando en la realidad por lo que es oportuno aprovechar este día, no sólo para concientizar sobre la enfermedad celíaca y los problemas que afectan a las personas que la sufren, sino también para pedir su cumplimiento y exigir al estado que cumpla su cometido y se convierta en garante de sus derechos», expresó la declaración aprobada.