El disgusto de la Diputada Graciela Camaño con el oficialismo por la falta de consideración a su colaboración, se plasmó en una carta dirigida a la Presidencia de la Cámara Baja.
Lo paradógico es que la citada nota debió recibirla el Presidente de la Cámara Emilio Monzó, con quien la diputada tiene una excelente relación. Por eso es que se supone que más allá de la formalidad institucional, los verdaderos destinatarios están en el Ejecutivo.
Los esfuerzos realizados por sumar pruebas y testimonios contra la Procuradora Gils Carbó en los últimos meses por parte de Graciela Camaño, quien preside la Comisión Bicameral de Seguimiento y Control del Ministerio Público, quedaron plasmados en las diversas reuniones a las que fueron citados fiscales para referirse a los cuestionables manejos de la Procuradora.
La misiva no es otra cosa que un pedido de recursos para el funcionamiento de la comisión que preside Camaño, quien señala no contar con ninguno desde que la misma fue creada.
El propio Jefe de Gabinete Marcos Peña, consultado sobre Gils Carbó, este domingo admitió en un reportaje televisivo, el deseo del Gobierno de deshacerse de la funcionaria «militante» kirchnerista. Claro está, mediante los correspondientes mecanismos institucionales
Sin embargo parece que la colaboración de Camaño en este asunto se les pasó.