Por Mg. Pablo Rodríguez Masena(*)
El viernes 22 de mayo a las 18:00 era el día y hora D respecto al tema deuda externa en la Argentina, ya que finaliza la prórroga automática de un mes para que pague los 503 millones de dólares en intereses de bonos globales que ya había dejado de pagar. Las opciones estaban claras: pagar religiosamente, acordar una reestructuración de la deuda o entrar en default.
Sin embargo, el gobierno logró ganar tiempo y calmando a los sectores más duros de los acreedores que pedían un pago hoy como gesto de buena voluntad, explicó que los bonos en cuestión ya están incluidos en el menú canjeable por lo que están en proceso de reestructuración y entró en un «default blando» al extender los plazos para seguir negociando.
(*) Lic. en ciencia política (UBA) y magister en Diseño y Gestión de programas sociales (Flacso). Docente universitario y del Instituto Nacional de Capacitación Política.