Por Raúl López
Obviamente lograr que el grueso de sus funcionarios obtengan un ritmo febril de gestión, es el súmmum al que debería llegar todo Gobierno que se precie. Nada sería mejor, tanto administrativa como políticamente.
El brillante logro del Ministro Guzmán con la renegociación de la deuda y la clase magistral que brindó la Fiscal Boquín sobre el accionar del Gobierno anterior y sus lazos con la Justicia por el caso Correo Argentino, quedaron opacados por dos resoluciones que sin dudas le cambiarán el rumbo a la Administración. Se trata de una emitida por la IGJ disponiendo que las sociedades de ahora en más deberán tener paridad de genero en su constitución y otra del BCRA para que el idioma inclusivo esté presente en todo escrito que emane de dicha entidad.
Queda demostrado que la carrera desenfrenada por ser excelentes funcionarios lleva a algunos a no reparar en tiempo y esfuerzo para lograrlo. Felicitaciones para todes. Mientras estas cosas suceden, siguen apareciendo muertitos en el placard de varios y varias.
Pasó desapercibida una nota de LPO en la cual se deschava un nuevo desaguisado de YPF impuesto por Dietrich y Macri a la empresa. Resulta que a través de su amigo Donadio y su lobby en el puerto de Bahía Blanca, bajo el paraguas protector de los antedichos y del Secretario de Actividad Portuaria Jorge Metz, casualmente primo hermano de la Senadora Nacional Gladys González, le hicieron firmar a YPF -autorizada en una asamblea sin información y citada de apuro-, un contrato con Caribbean FLNG por 10 años. Por dicho contrato, YPF tiene una pérdida diaria de alrededor de U$D 50 mil por el buque gasificador estacionado en dicho puerto.
Lo único que queda claro es que algunos muchachos y muchachas que acusaban a otros de corruptos, no se privaron de nada. Pareciera que todo lo que venía del agua era un kiosco bastante redituable, desde el saneamiento, lo sindical y ni hablar lo portuario. Los fueros son muy magnánimos con algunos personajes.
Mientras tanto, seguimos escuchando «pour le galerie» a varios legisladores que se matan por aparecer en notas, hasta el punto de faltar en dos votaciones, como le pasó al Diputado Luis Juez en la última sesión de Diputados. Otros se victimizan en demasía…..una vez, dos veces….¡para loco!, ¡Ya fue! En las cuestiones de privilegio, se debe ir al punto del privilegio afectado y no hacer alegorías a favor o en contra de algún Gobierno. Para eso están los muchos programas de TV a los cuales los invitan, aunque la reaparición de la Dra. Carrio obviamente les restará pantalla de ahora en más.
Igualmente, los medios que aún no se resignan a que el macrismo ya perdió, aún cuentan con el señor del Duna blanco de más de 10 años que tenia en su automóvil el cartel de «todos somos Vicentín». Lo habrá estacionado en la puerta del Juzgado? Que lo saque rápido así no se lo ponen entre los bienes de la empresa. Total todo sirve, y los bienes de los accionistas y la guita ya desaparecieron.
Esto me hace recordar la valentía del Juez Uruguayo que embargó los libros del frigorífico Anglo, que habían sacado del país, para enviárselos a través de la Cancilleria Argentina a la Comisión Investigadora del Senado Argentino cuyo miembro era Lisandro de la Torre. Como dos gotas de agua, no? Calcado el accionar judicial.
Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio.