La adhesión al paro del próximo jueves 10 por parte de los gremios vinculados al transporte, promete una gran contundencia de la medida de fuerza por el hecho que millones de trabajadores la acompañarán forzosamente.
Pasados ya aquellos tiempos en que el líder de los camioneros apostaba a los piquetes y el poder coercitivo de sus movilizaciones, la estrategia del paro convocado para este jueves se ha centrado en la inmovilización del transporte de pasajeros. Una vez descartada toda posibilidad de una adhesión por parte de la CGT oficial conducida por el metalúrgico Antonio Caló, todos los esfuerzos de Hugo Moyano se dirigieron a asegurarse la adhesión de los gremios vinculados al transporte. Primero fueron la UTA (colectivos) y la Fraternidad (locomotoras). Luego los empleados de aeronavegación y finalmente los del transporte por agua, uno de cuyos dirigentes prometió que “no dejarán moverse ni un bote”
La medida de fuerza convocada por Moyano (CGT Azopardo) y Luis Barrionuevo, de la CGT Celeste y Blanta, cuenta además con el apoyo de la CTA opositora de Pablo Micheli y de diversas agrupaciones de izquierda, además de un sector de los empleados de subterráneos.
El amplio acatamiento que seguramente tendrá este paro producirá un fuerte impacto político, que ya está intentando ser mitigado por distintos funcionarios del gobierno nacional. Los mismos factores que lo favorecerán, serán usados desde el oficialismo como argumento para relativizar su éxito.
Moyano ha apostado más a esta medida de fuerza que a los cabildeos que había iniciado con miras a la reunificación de las distintas CGT´s., la que soñaba concretar con posterioridad a la próxima reunión de la OIT. Sucede que entre el próximo 28 de Mayo y 12 de Junio, todos los dirigentes argentinos se encontrarán en Ginebra. Las diferencias surgidas en torno a la realización del paro han alejado dicha posibilidad, para sosiego del gobierno.