Por Raúl López
Muchos argentinos hoy siguen insistiendo con la misma y batallada pregunta…el Papa ¿era peronista?
Creo que es un grave error tratar de meter en un molde tan pequeño, tan local, a un líder espiritual ecuménico. Formular esa pregunta implica un intento -tan tonto como inútil- de empequeñecer o engrandecer la significación de Francisco, elevado muy por encima de cualquier gesto rastrero.
En cambio, creo que el Peronismo debería preguntarse si, como el Papa, abraza y está imbuido de la Doctrina Social de la Iglesia. Porque así nació y así fue su esencia durante muchísimos años. Del lado de los humildes y renegando de los lujos y placeres del consumismo o de la ostentación.
Pastores entre ovejas para la Iglesia y dirigentes políticos, gremiales o sociales entre y por el Pueblo….como Evita, vio?
Si Francisco cambió el rumbo que sostenía la Iglesia, luchando contra las cúspides del poder conservador y los jerarcas eclesiásticos rodeados de lujos, placeres y pingues negocios, ¿por qué no podría hacerlo el Peronismo?
No me refiero a aggiornarse, simplemente volver a ser Peronismo hecho y derecho, moderno y justo con el pueblo, y no lo que es hoy, una caterva de intereses entrelazados en todos los niveles, solo preocupados en tener o manejar alguna «caja», o en hacer política rentada, en provecho personal de muchos dirigentes.
¿Podemos llamar a esto peronismo?
Lo que debería interpelarnos es saber si, así como Francisco sentía vergüenza de la Iglesia que recibió y ordenó por el buen camino, el pueblo no sentirá vergüenza de estos dirigentes peronistas. ¿No será esa la razón por la que en cada votación se aleja un poco más?
Los dirigentes ¿no se dan cuenta que el Peronismo perdió muchas gobernaciones y muchísimos Senadores Nacionales?
¿Hasta dónde quieren llegar? ¿Querrán terminar el trabajo que empezó en Setiembre del 55? Si la respuesta es sí, hay que informarles que van por muy buen camino. Pero después no le echen la culpa a Milei. Y mucho menos a quienes lo votan.