Con 33 votos a favor -de Vamos Juntos, UCR-Evolución, Republicanos Unidos y Consenso Federal-, y 27 en contra -del Frente de Todos, la Izquierda y Libertad Avanza- quedó aprobado el presupuesto.
La Legislatura porteña aprobó, con los votos de los legisladores de Juntos por el Cambio (JxC), el proyecto de Presupuesto 2023 de la ciudad de Buenos Aires, que prevé gastos de $2,154 billones y que fue cuestionado por la oposición y por organizaciones sindicales que denunciaron ajustes en salud y educación, al tiempo que aumentaron las partidas para publicidad y propaganda.
La sesión
Durante la sesión, la legisladora del Frente de Todos (FdT) Claudia Neira dijo que el presupuesto del Gobierno porteño no prevé la «recomposición salarial» que demandan los médicos residentes de los hospitales porteños, quienes «cobran 120.000 pesos (mensuales) y hacen guardias de 24 horas que no son pagas».
Neira también afirmó que a 15 años de gobiernos del PRO en la Ciudad, el sistema de salud porteño «está en crisis».
Respecto a la estructura tributaria de la Ciudad, la legisladora afirmó que mientras los impuestos sobre el patrimonio, como los inmuebles- descendieron «un 40% desde 2008, aumentaron los que afectan a la actividad comercial y el consumo», entre ellos Ingresos Brutos y el tributo sobre las compras con tarjetas de crédito.
Luego, Juan Manuel Valdés (FdT), sostuvo que el oficialismo porteño «plantea un modelo de ciudad en el que los contribuyentes se ven obligados a asumir una desmedida carga tributaria, que subió alrededor del 53% desde que empezaron a gobernar en 2007».
Y agregó: «Intentamos derogar el impuesto a las tarjetas hace unas semanas, que grava 1,2% cada consumo, pero el PRO no bajó a sesionar».
Para Valdés, el nuevo presupuesto de la ciudad de Buenos Aires muestra que los porteños son «rehenes de la campaña presidencial de Horacio Rodríguez Larreta».
Los legisladores del FdT concurrieron a la sesión con guardapolvos blancos, en apoyo en reclamo de los médicos, y con carteles que decían «Presupuesto de campaña».
Gabriel Solano, del Frente de Izquierda, señaló a su turno que el presupuesto aprobado hoy «convalida una política de ajuste contra los trabajadores».
Y añadió que «la participación en el presupuesto del gasto en salud baja un punto porcentual» para el año próximo, mientras el gasto del Gobierno porteño para publicidad «aumenta en términos reales un 171%».
Mercedes de Mendieta, también del Frente de Izquierda, se refirió al «descenso progresivo» de la partida presupuestaria para educación, que en «2007 era del 27% y en el 2023 será del 16%».
La legisladora de izquierda recordó de esta forma que Mauricio Macri comenzó a gobernar la ciudad de Buenos Aires en diciembre de 2007, a quien Rodríguez Larreta sucedió en 2015.
Desde La Libertad Avanza, Ramiro Marra sostuvo que el Gobierno porteño «va a recaudar un 23% más que el año pasado y ni se le ocurre pensar en cómo bajarle los impuestos al contribuyente».
«Lo único que piensa -añadió- es cómo va a hacer para gastar esa plata. En lugar de seguir realizando gastos inútiles e innecesarios podrían probar con aliviar un poco al sector privado que cada vez la pasa peor».
Marina Kienast, del bloque Republicanos Unidos (RU), que integra el interbloque JxC, dijo a su turno que el presupuesto sancionado «no es el mejor para fortalecer al sector privado», pero agregó que su bloque trabajó con la coalición y logró «introducir modificaciones».
«Nuestra decisión de acompañar a la coalición en esta ocasión -agregó- se apoya en la necesidad de lograr acuerdos para dar estabilidad a la ciudadanía».
Para reunir los votos necesarios para la aprobación del presupuesto, Vamos Juntos debió ceder a pedidos de RU.
Al respecto, RU afirmó en un comunicado que «logró la baja de $4,000 millones a través de un ajuste en lo que cobra la ciudad por la patente de los vehículos valuados en menos de 1 millón de pesos».
Claudio Romero, del bloque Vamos Juntos, el bloque más numeroso de JxC en la Legislatura, dijo al iniciar el debate que, con este presupuesto, «la Ciudad va a tener déficit cero, con un leve superávit», y agregó que en 2023 «no habrá aumento de impuestos ni nuevos tributos».
Además, aseguró que «baja el peso de la deuda en un 30%», y puntualizó que «habrá una fuerte inversión en obras públicas».
Por último, mencionó que se trata del último presupuesto de Rodríguez Larreta como jefe de Gobierno porteño.
«Dejamos cuentas ordenadas, el éxito de la gestión es el cumplimiento del presupuesto. Pagamos lo que debemos y no gastamos más de lo que tenemos, eso es lo que hace una administración eficiente», concluyó Romero.
Junto con el presupuesto, se aprobaron el Código Fiscal y la Ley Tarifaria del 2023, y una segunda ampliación de los gastos de este año.
El debate se extendió por más de cinco horas, comenzando al mediodía y finalizando después de las 17.30.
Por el lado del oficialismo, la diputada Natalia Fidel, presidenta de la Comisión de Obras y Servicios Públicos, defendió el proyecto al afirmar que “la Ciudad de Buenos Aires ha alcanzado un estado de equilibrio de sus cuentas públicas que nos permite alcanzar el déficit 0″.
«Es especialmente valorable que este equilibrio financiero se ha conseguido sin aumento de impuestos ni creación de nuevos tributos; recuperando el nivel de obra pública a su valor máximo desde el comienzo de la pandemia; aumentando la inversión en su principal prioridad que son los Servicios Sociales; manteniendo la inversión en seguridad; y, además, con una fuerte baja de pagos de los intereses de la deuda», subrayó la legisladora.