De la redacción
La policía descubrió una caja fuerte escondida en la estatua de un dragón en el parque de la casa -del country Abril- de Walter Carbone, ex tesorero de la Jefatura de Gabinete bonaerense, durante un allanamiento dispuesto por la Justicia por pedido del fiscal penal de La Plata, Alvaro Garganta, que instruye la causa que investiga presuntos «lavados de activos y distintas defraudaciones a la administración pública» durante la gestión de Scioli. Hasta ahí la información que tomó estado público por estos días.
Si bien todo suena por lo menos raro, el kirchnerismo ya nos está curando de espanto. Al decir verdad, el pobre Carbone no es más que otro ex funcionario de la llamada «década ganada», enriquecido estrepitosamente en el transcurso de su gestión, pero al que de hecho por ahora no se lo puede culpar por otra cosa que no sea el compartir con Néstor Kirchner su fascinación por las cajas fuertes y con Cristina Fernández, la fascinación por la serie Game of Thrones.