«Confirmamos un deterioro en la evaluación sobre cómo está la economía y especialmente las perspectivas personales; en simultáneo, una caída del acuerdo sobre la necesidad del “sacrificio”presente como plataforma de la recuperación y la eventual inexorabilidad del ajuste que afirma el Gobierno. El declino del acuerdo con el “sacrificio” justificado y la visión de que “no hay alternativa” al plan de ajuste coinciden con un visible estancamiento del programa económico que busca la estabilización nominal a través de una contracción centrípeta de la economía, con severas consecuencias para los ingresos populares.
La demanda de la economía permanece en los peores niveles de los últimos catorce años(excluyendo el efecto de la pandemia) y el Gobierno igual tiene dificultades para bajar el índice de inflación -que está estacionado muy cerca del promedio de los últimos 10 años-sin haber mediado la modificación de precios relativos que el mismo programa reclama. Recordemos que Milei se comprometió a un cambio radical del régimen monetario (en un momento fue la “dolarización”) como vertebrador de un más amplio cambio de régimen político y económico. El deterioro de la base de apoyo del Gobierno es coherente con caídas de los ingresos y el empleo que se extienden insoportablemente en el tiempo, mientras se demora ese cambio rotundo de régimen monetario y que es, a la sazón, lo que en la narrativa del Gobierno justifica el ajuste.»
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