El Cristinismo está alejándose de sus fuentes peronistas, fuertemente influenciado por la visión del «jefe» Zannini, uno de los pocos Maoistas-Peronistas que existen….o por lo menos se dice que existen….como los Reyes Magos, vio?
En el imaginario de Cristina y sus adláteres de La Cámpora, la Argentina está rumbo a copiar el modelo de Chile, lo que daría como resultado la vuelta del Cristinismo al gobierno, luego de dejarlo en 2015 y del paso fugaz de la «derecha» en el poder. Según esta visión, Cristina es Bachelet y Macri, Piñera. En este esquema el oficialismo impulsaría en las PASO a un candidato estilo Urribarri –que ganaría en las primarias pero que sería derrotado en el ballotage con un honroso 30%- y Scioli solo sería el “plan B”, para el caso en que se imponga en las primarias. En cualquier caso el cristinismo se aseguraría fueros para todos y todas.
La idea no es mala, pero lamentablemente para esta maniobra, solo cuentan con el análisis que sobre el rol a cumplir por el peronismo, realizaron compañeros que por endeblez política o simplemente por conveniencia pecuniaria, les endulzan los oídos con lo que quieren oír. Las voces discordantes ya han sido alejadas o silenciadas y privados de una visión real del rol del peronismo, creen que el Peronismo se ha reducido a un sector subalterno, por ejemplo de La Cámpora. No deja de ser el viejo anhelo de algunos sectores de la izquierda gorila de los años 70, peronistas y no peronistas.
Cabe recordar que un grave error de apreciación semejante los llevó a suponer que Massa no se presentaba en el 2013 y lo que es peor, los dejó solos en la reunión del día después de las elecciones. En Olivos solo estaban presentes Máximo Kirchner, Carlos Zannini, Oscar Parrilli, Juan Manuel Abal Medina, además de los camporistas Larroque y De Pedro. Obviamente concluyeron en que la derrota se debió a los medios, los mismos contra los que se habían impuesto en 2011. Un disparate. Un grupete de no peronistas analizando la reacción del pueblo peronista es como un conjunto de ciegos tratando de definir un color. En principio les van a faltar datos.
Este gobierno que se define peronista no hace más que buscar la destrucción del peronismo. Jamás antes del 2002 el justicialismo puso dinero en el bolsillo del pueblo para subsanar alguna crisis y mucho menos uso esa metodología en forma sistemática y como herramienta en la formación de cuadros y/o de organizaciones de cuadros militantes y de cualquier otro tipo que no fueran las que encontraríamos en la comunidad organizada, la que se articulaba en torno al trabajo.
Para 2015 falta una eternidad, pero tanto la derecha como la izquierda deberán tener cuidado con pensar que el peronismo ya no existe, es un error que desde 1945 hasta la fecha ya cometieron muchos.