Oscar Lamberto, Presidente de la Auditoría General de la Nación, lo señaló ante Tiempo Argentino. También habló sobre medios, la «grieta» y el peronismo.
Lamberto destacó la política de puertas abiertas con el programa “La Auditoria en el aula”, a través del cual 6 mil chicos al año visitan el histórico edificio donde funciona la Auditoría. «Esta es la casa del control y el control sólo sirve si la gente lo toma en sus manos. Una de las formas es conocer dónde estamos y qué hacemos. Por eso sumamos videos de nuestras auditorías para que la gente haga efectivo el control», señaló.
Respecto a la función de la AGN expresó que «la gente sabe que estamos. Lo que no tiene es mucha idea de lo que hacemos. Porque Argentina no tiene cultura del control. En general, es muy difícil que alguien acepte ser controlado. Es un problema cultural. Nuestra tarea es hacer que el control no sea un hecho policial sino la construcción de un mejor Estado. Si hay problemas en el funcionamiento del Estado, hay que corregirlo. Los delitos se denuncian en la Justicia. Las auditorias con exposición mediática no nos interesan».
«Hay quienes creen que el control es un anuncio periodístico. Solo es control si cambia las conductas, cuando la gente toma el control en sus manos ¿Para quién hacemos los informes? Para el Parlamento y para el ciudadano sepa que pasa con el Estado en un lenguaje claro. Este el objetivo: informes claros, simples, audiovisuales».
«La AGN cuenta con auditorías ambientales muy buenas porque estamos convencidos que la economía es un subsistema de la biosfera. No se puede hacer cualquier cosa con el planeta porque lo pagás. Es mucho más importante cuidar el ambiente que el balance de una empresa».
En lo más importante del reportaje señaló: «Si uno quiere hacer control profesional, debe ser desprejuiciado de conceptos como “La grieta”. (…) Tomamos las decisiones con evidencia; si el funcionario no puede explicar lo señalado, es otro tema. Este es un organismo dispuesto por la Constitución, a cargo de la oposición, lo que te da independencia. Pero la responsabilidad es mucho mayor. Debo responder lo que hago, no lo que digan en la calle Matheu. Desde que soy presidente todos los informes se aprobaron por unanimidad. El que no busca consenso y cree que tiene el patrimonio de la verdad, no entiende la democracia».
«El peronismo debe reinventarse. En los 40´ fue el partido de la vanguardia de la sociedad industrial. Esa sociedad no existe más. Tenemos que adecuar el pensamiento a la sociedad que viene. Hay valores permanentes como la Justicia Social pero hay que debatir que significa eso para lo que viene. Miremos los países que más crecen, revisemos que tipo de educación mantienen. La revolución peronista del futuro es la educación, no basta que canten la marcha, hay que construir el país que viene. Si cambian las formas de producción de un país, cambian las condiciones políticas. Si no hay debate, el tiempo te pasa por arriba», concluyó.