APORTARON ESPECIFICACIONES TÉCNICAS REFERIDAS AL PROCESO DE REPARACIÓN DEL SUBMARINO
Durante una nueva reunión de la Comisión Bicameral Investigadora sobre la “Desaparición, Búsqueda y Operaciones de Rescate del ARA San Juan”, presidida por el senador José Ojeda, prestaron testimonio los ingenieros José Luis Pérez Varela, actual gerente de Reparación de Submarinos del astillero Tandanor, y su antecesor en el cargo, Ricardo Dasso.
El ingeniero José Luis Pérez Varela opinó –según su criterio- que “el ARA San Juan no explotó, sino que sufrió una implosión del casco resistente, que lo abolla y luego desgarra, por superar la profundidad operativa de colapso”. En ese sentido, calificó como un “incidente grave el incendio producido”.
En el manual de procedimiento está previsto que el submarino salga a la superficie para intentar reparar y solucionar los problemas. “En el caso del ARA, entiendo que pudo haber una explosión interna, por una concentración elevada de hidrógeno a raíz del ingreso de agua, que haya imposibilitado el correcto accionar de la tripulación en llevar adelante el auxilio de emergencia”, explicó el ingeniero.
Con respecto a si el submarino pudo haber sufrido algún ataque, el actual gerente de Reparación de Submarinos del astillero Tandanor sostuvo que “un arma antisubmarina no produce el hundimiento, sí puede destruir sistemas internos”.
“Durante la reparación de media vida se colocaron materiales nuevos, como válvulas y baterías, iguales a los que había”, detalló Pérez Varela, y al respectó especificó que “en Argentina se terminan de fabricar las baterías, las cuales son adquiridas en el exterior, garantizando la verificación del ensamblaje final, teniendo así un mayor y mejor control”.
Por su parte, Ricardo Dasso se encargó de detallar los complejos procedimientos de reparación de media vida al submarino, que demandaron siete años. Consignó que Tandanor realizó más de 700 obras, más obras de apoyo y la puesta en seco de la nave.
Entre ellas, mencionó el trabajo sobre motores y baterías, la soldadura del casco y la reparación de tanques, tuberías y válvulas, todas acciones que contaron con la supervisión del INTI y bajo el cumplimiento de normas estrictas. Según Dasso, el astillero invirtió un total de 71 millones de pesos en la reparación de media vida.
Explicó asimismo que en la reparación intervienen desde los ingenieros del astillero hasta los tripulantes de la nave, ya que los cambios se someten a pruebas rigurosas no sólo en superficie sino también en navegación.
Consultado acerca de si la válvula ECO 19 del ARA San Juan estaba en condiciones de evitar el ingreso de agua, el ingeniero electrónico explicó que “se trata de una válvula manual, que puede haber quedado abierta o mal cerrada”.