La incorporación de las fuerzas federales de seguridad al presupuesto del Gobierno de la Ciudad determinó uno de los cambios más importantes en las finanzas locales en los últimos 20 años. El cambio impactó tanto en los recursos, con un importante incremento de la Coparticipación Federal de Impuestos que generó una pérdida de participación relativa de todas las demás fuentes de ingresos; como en los gastos, con un gran crecimiento de los gastos en personal y, a nivel funcional, de los Servicios de Seguridad.
En consecuencia, las comparaciones más globales con ejercicios anteriores están distorsionadas, por lo que se estima que recién a partir de este año se podrá contar con una base cierta que permita mostrar la evolución del presupuesto porteño.
El ejercicio 2016 terminó con un déficit financiero de $10.748,2 millones, producto de ingresos que llegaron a los $128.767,0 millones (+57,6%) y de gastos que totalizaron $139.515,2 millones (+56,0%). Los Intereses de la Deuda Pública alcanzaron los $4.194,2 millones (+115,1%), por lo que el Resultado Primario también fue deficitario en $8.605,3 millones. Si se proyecta la ejecución de las jurisdicciones que no están integradas al SIGAF e informan su ejecución con posterioridad, el resultado previsto se amplía a -$12.779,0 millones.
Si bien estos montos implican un empeoramiento con respecto a lo registrado en 2015, es preciso tener en cuenta que se trató de un año en el que la caída de la actividad impactó sobre las principales fuentes de ingresos locales, y que, como se ha explicado, la ejecución de ambos ejercicios no es comparable. Sin embargo, y a pesar de que el perfil de vencimientos de la deuda de la CABA es muy favorable, cabe llamar la atención sobre la persistencia del déficit fiscal que, con la única excepción del año 2010, se ha mantenido invariable desde el año 2006.
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