El ministro del Interior aseguró, en referencia al voto electrónico, que desde el gobierno nacional se está a favor de la incorporación de tecnología con garantías de privacidad, seguridad y simplicidad». La oposición, en tanto, planteó sus dudas sobre algunos aspectos del mecanismo.

Sin embargo, el plenario volverá a reunirse el jueves 3 de noviembre y, según trascendió, la iniciativa recibiría el dictamen indispensable para llegar al recinto de sesiones recién el martes 15 de noviembre, para ser debatida sobre tablas el 23 de este mes.
«Estamos a favor de la incorporación de tecnología con garantías de privacidad, seguridad y simplicidad. Habrá mayor presupuesto y un nivel de responsabilidad más alto en el seguimiento del proceso de votación», dijo el ministro al iniciar su respaldo a la iniciativa.
Luego de hacer una breve descripción del proyecto, Frigerio insistió en resaltar que la «seguridad del sistema tecnológico que preservará el secreto del voto» será «determinada por la Justicia Electoral».
«El proyecto habla de incorporar tecnología, no de un sistema en particular. Y vamos a tener un doble control: electrónico y manual», afirmó Frigerio, para luego recordar que «esta es una ley que el Congreso va a votar para modificar la forma en que votan los argentinos desde la sanción de la Ley Sáenz Peña» que data de cien años atrás.
Por otro lado el ministro, que en varias oportunidades recordó que los cambios que se le hicieron al proyecto en Diputados lo mejoraron y no se mostró en desacuerdo si algo similar ocurría en el Senado, les reclamó a los senadores que llevaran celeridad porque «se necesita tiempo para implementar una reforma tan ambiciosa como esta».
«Lamentablemente, no podemos pasarnos de determinado punto porque no vamos a poder contar con el tiempo necesario para la implementación del sistema tecnológico», añadió.
Por otro lado, defendió al proyecto de las críticas que mencionaban que iniciativas similares habían fracasado en Europa, al advertir que «esos retrocesos fueron en los casos de voto electrónico, que no es lo que se propone en Argentina».
«Las experiencias en Argentina, en todas las jurisdicciones en las que se empleó la boleta electrónica, demostraron que la ciudadanía está preparara para absorber el uso de tecnología en la votación», señaló, para luego revelar que tenía encuestas en las que «más del 75 por ciento de la ciudadanía está a favor de la boleta electrónica».
Por su parte, Pérez enfatizó que el sistema posee tres chequeos: el del ciudadano, el de la autoridad de la mesa y el conteo manual, y recordó que «la boleta única electrónica resuelve que no haya nunca más robo de boletas».
«Uno no puede negarse a la incorporación de tecnología, pero debe incluir los mayores controles posibles. La combinación del papel con lo digital ayuda a la transparencia electoral», insistió.
También el peronista salteño Juan Carlos Romero cuestionó el proyecto, al decir que «la tecnología puede ser hackeada» y que «hay mucha gente que se turba ante una pantalla y aprieta cualquier botón».
El kirchnerista formoseño José Mayans indicó que «no existe sistema infalible» y se quejó de «las operaciones de prensa que dicen que los que no están a favor de este proyecto están con el fraude».
En cambio, los senadores el FPV Dalmacio Mera, de Catamarca; y Rodolfo Urtubey, de Salta, donde ya se votó con boleta electrónica; defendieron el proyecto diciendo que los que se oponían «tenían la actitud de quien no vio el sistema funcionar».
«Demorar cinco horas un escrutinio provisorio es un escándalo. No quiero dar nombres. No me quiero acordar de lo que pasó con (el candidato a gobernador por el Frente Cívico) Luis Juez en Córdoba», mencionó Urtubey.
Finalmente, el radical Luis Naidenoff subrayó que mejorar el sistema es «una deuda de los partidos políticos de la Argentina» y conjeturó que «los grandes beneficiarios de esta reforma son los partidos que carecen de aparato».
La opinión de los partidos
Mariano Genovesi, apoderado de la UCR, apoyó la medida propuesta por el Poder Ejecutivo al señalar que el conteo electrónico «hace a celeridad y certeza respecto a los escrutinios» y calificó como «un aspecto positivo» que se le traslade la responsabilidad del escrutinio a la Cámara Nacional Electoral.
Jorge Landau, apoderado del Partido Justicialista, se pronunció por su parte en contra de la incorporación de la boleta electrónica con chip por considerar «si con dispositivo remoto puede modificarse el contenido del voto no parece aconsejable mantener este sistema».
El representante del justicialismo abogó además en contra de «la gradualidad y aplicación progresiva del sistema de votación» y evaluó que «podría aplicarse en ciertas ciudades».
Señaló como inconveniente el hecho de que «no existe prohibición para que quien se pueda ungir como candidato a vicepresidente no haya pasado por las PASO» y declaró que debía ·enriquecerse este proyecto con un plan de contingencia que puede ser una boleta de papel».
Guillermo Ermili, del Partido de los Trabajadores por el Socialismo, lamentó que la iniciativa en discusión no mencione el tema del financiamiento de los partidos políticos y se pronunció en contra de la boleta electrónica y a favor de una «mayor flexibilidad» para la instrumentación de la paridad de género.
Carlos Traboulsi, del Partido Demócrata Cristinao, consideró que el establecimiento del cupo femenino del 50 por ciento en las listas de candidatos a legisladores es «discriminatoria e impide el crecimiento genuino».
Javier Pablo Hermo, del Frente Grande, opinó que «se debe garantizar el secreto del voto», remarcó la importancia de establecer un sistema electrónico de votación pero con software Eno sometido a patentes» y aseveró que la paridad de género «es una afirmación positiva para un sector víctima de una cultura machista».
Pablo Sanseverino, del Partido Instrumento electoral por la Unidad Popular, señaló que «las PASO son un híbrido que terminan siendo más bien una primera vuelta electoral» y sostuvo que aprobaba la boleta electrónica, aunque manifestó «dudas» por eventuales hackeos, por lo que insistió con la incorporación de la boleta única en papel como paso intermedio y la eliminación del chip en las boletas.
Alberto Asseff, Partido Nacionalista Constitucional, sostuvo que «cualquier restricción o modificación que se le haga a la media sanción de la Cámara de Diputados no puede tener otra alternativa que en todo caso la boleta de papel única para todos los partidos con modalidad de sistema cordobés que es el que más se adecua a la posibilidad de incorporarlo gradualmente».
Ricardo Maqueda, del Partido Demócrata Progresista, resaltó la necesidad de la boleta electrónica y la urna electrónica inclusive y consideró que «no se puede seguir utilizando la boleta de papel ya que sería un dispendio de gastos que atenta además contra la ecología».