Alberto Fernández sigue exhibiendo el desgaste equivalente a tres años de gestión, es decir, que su deterioro de imagen es más acelerado que lo esperable. La sociedad argentina, en su inmenso fastidio fagocita prestigios políticos a ritmos asombrosos.
El presidente perdió, desde mediados de diciembre, tres puntos de imagen positiva que se depositaron directamente en su negativa. El mismo proceso sufren tanto Cristina Kirchner como Horacio Rodríguez Larreta.
Lo mismo sucede en las evaluaciones respecto de las gestiones de la crisis del Covid19, mientras sigue por encima del setenta por ciento la cantidad de argentinos que mantienen mucho o algo de temor al virus.
El gobierno nacional ya es depositario de la mayor parte de la responsabilidad asignada por los ciudadanos en cuanto a la crisis económica (40.8%). La estrategia de poner la responsabilidad en el presidente anterior, que a Macri le funcionó dos años, a Alberto le sirvió apenas ocho meses.
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