En los pasillos del senado, seguramente por acción de esas personas malintencionadas que siempre hay, circulan copias de un proyecto de declaración de 2002 firmado por Elisa Carrió, que afirma que la misión técnica del FMI que estaba por arribar entonces, atentaba contra nuestra soberanía jurídico-institucional.
La actual diputada hoy acusa de antipatria a los exportadores que no liquidan sus divisas de la soja. Y en el medio está la Lilita del 2008 que defendía a esos mismos exportadores contra la pretención de cobrarles retenciones excesivas.