«En pocas oportunidades el contexto político y social argentino había estado tan complejo e influenciado por diferentes factores: la agenda internacional, los problemas económicos y la crisis de representación política.
En Argentina los temas de política internacional no suelen impactar de forma local. En general, la agenda pública de nuestro país es extremadamente endogámica: discutimos lo que pasa en Argentina y no mucho más. Los eventos de estas semana implican un quiebre en esa tradición. La guerra en Ucrania, sus consecuencias económicas, los alineamientos entre los distintos bloques, entre otras cuestiones causaron que la política exterior ocupe el centro de la escena por primera vez en mucho tiempo.
Nos propusimos medir cual es la percepción al respecto en nuestro último estudio, que incluye un nutrido bloque de preguntas sobre política internacional en general y sobre la crisis en Ucrania en particular. Resaltamos algunos datos: un 69% cree que la posición del gobierno con respecto al conflicto es confusa y un 50% dice que Argentina debería apoyar a Ucrania pero sin intervenir directamente en el conflicto.
Resulta interesante ver la vigencia de la grieta aún en este punto: los votantes de JxC
muestran una mayor tendencia a la idea de que Argentina debería alinearse con EEUU en la arena internacional, mientras que los del FDT valoran más la idea de neutralidad absoluta.
La situación económica es el gran problema de nuestro país. La tremenda inercia inflacionaria que arrastramos desde hace años, la falta de crecimiento y la desvalorización sistemática de los salarios hacen que las expectativas económicas de los argentinos están en un piso absoluto: El acuerdo con el FMI aparece aquí como el tema central: aunque un 59% apoya el entendimiento, sólo un 16% está absolutamente
de acuerdo con la idea de que dicho acuerdo ayudará a estabilizar la economía. Niveles
alarmantes de escepticismo.
La crisis económica alimenta la desafección política. Nunca jamás ha habido una distancia tan grande entre las elites políticas y la gente de a pie. Todas las imágenes del del ecosistema oficialista mantienen un diferencial negativo que se sostiene en el tiempo. Los actores de JxC mantienen imágenes estables o con pequeñas tendencias alcistas, pero se muestran incapaces de hablar más allá de su espacio electoral».
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