La presidente necesita nuevos asesores de imagen. Lo que más llamó la atención de su última aparición por cadena nacional (más de una hora) a todos aquellos que no forman parte del mundillo de la política y que no tiene la menor idea de lo que pasa con Nisman y sus denuncias ni con los iraníes ni la SIDE, fue su estrafalaria puesta en escena con una silla de ruedas (una exageración por la magnitud de la lesión en su tobillo) y la longitud de sus impresionantes uñas blancas.
Por suerte ese gran universo de personas tambièn pudo conocer la existencia de una ministra de Seguridad de apellido Rodríguez, que ademàs es una bromista de aquellas, que suele hacer las bromas màs terribles a la madrugada. Al menos eso es lo que nos dio a entender CFK