En una reunión conjunta de las Comisiones de Agricultura y Ganadería, Legislación General y Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados de la Nación continúa el debate sobre un nuevo régimen de promoción de la producción y comercialización de semillas y creaciones fitogenéticas, y la derogación de la Ley 20.247.
En la primer reunión, el titular de la Comisión de Agricultura y Ganadería, Atilio Benedetti (UCR), recordó que hay cinco proyectos en estudio y destacó la voluntad de “consensuar una ley que sea consecuencia del debate de todos los sectores involucrados, tanto entidades de productores como representantes técnicos en la materia”.
En la apertura de la segunda exposición, Daniel Pelegrina, presidente de la Sociedad Rural Argentina, que coincide con la modificación de la norma, postuló que “si no existe un mecanismo de control adecuado, no hay ley que funcione” y apeló a que “se integre el directorio del Instituto Nacional de Semillas”, que no está constituido en la actualidad.
Por su parte, Andrea Sarnari, de la Federación Agraria Argentina, abogó por la regulación sobre “la propiedad intelectual, por el uso propio de las semillas por parte de los productores y para terminar con las prácticas contractuales perjudiciales para los productores”.
A su turno, Gilberto Alegre, diputado nacional mandato cumplido y ex presidente de la Comisión de Agricultura y Ganadería, consideró que “hoy el mundo compite en base a su desarrollo comercial y su producción de conocimiento; ese es el mayor desafío para nuestro país”.
En esa misma línea, Dámaso Pardo, presidente del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial, coincidió en que “el valor agregado fundamental es el conocimiento y la innovación, y afecta a distintos actores con intereses propios”.
Además, Carmen Gianni, consultora en productos fitogenéticos, puntualizó que en el debate hacia una nueva ley de semillas “hay confusión entre los sistemas de propiedad intelectual de vegetales y patentes”. Por ello, propuso que “la nueva ley de semillas unifique en un cuerpo orgánico la terminología homogénea que respete las convenciones internacionales”.
Desde el interior del país, Diego Villafañe, presidente de FEDIA (Federación de Distribuidores Agropecuarios), reclamó por “un marco legislativo que nos permita a los productores acceder a semillas de calidad y nuevas tecnologías, mecanismos de control y uso propio gratuito para pueblos originarios y pequeños productores”.
En el mismo sentido, Alberto Padoán, presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, admitió que “necesitamos una ley superadora de la actual, que promueva la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías”. Y admitió que buscan un “marco legal que garantice un retorno a la industria semillera por la inversión realizada, porque si no seguimos perdiendo ganancias”.
Desde la Organización Maizar, Alberto Morelli, también abogó por “una nueva ley de semillas que asegure y resguarde la propiedad intelectual”. “Debemos promover el desarrollo de tecnologías tanto en el sector público como privado, para que nuestro país no pierda competitividad en el mercado mundial”, resumió.
En representación de los pequeños productores, Nahuel Levaggi, de la Unión de Trabajadores de la Tierra, criticó que “lo que estamos discutiendo es la distribución de la renta de la producción agrícola”.
“Hoy dependemos de semillas de Holanda para producir. Eso tenemos que modificar con un Estado más presente, porque no podemos dejar librado al mercado nuestra producción”, exhortó.
Participaron además del debate representantes de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME); la Federación de Cooperativas Federadas (Fecofe); de la Cámara Algodonera Argentina; entre otros.
Por último, el titular de la Comisión de Agricultura y Ganadería informó que en la próxima reunión del cuerpo legislativo tendrá ingreso formal el proyecto del Poder Ejecutivo sobre la normativa.