El Presupuesto 2018 fue aprobado por 165 votos afirmativos, contra 64 negativos y 1 abstención. La Cámara baja luego convirtió en ley el Pacto Fiscal entre la Nación y las provincias.
La Cámara de Diputados aprobó por 165 votos afirmativos, contra 64 negativos y 1 abstención, el proyecto de Presupuesto General de la Administración Nacional para el ejercicio 2018, que ahora será girado al Senado.
Con quórum de 129 diputados, se inició la sesión a las 11:42. Las primeras dos horas y media estuvieron absorbidas por planteos de cuestiones de privilegio que, en general, estuvieron dominadas por repudios al ataque sufrido por el diputado Martín Lousteau en las inmediaciones del Congreso.
Recién después de las 14 se inició, con una presentación del diputado Luciano Laspina (presidente de la comisión de Presupuesto) el debate sobre la denominada «ley de leyes» para el próximo año.
Como miembro informante del dictamen del oficialismo, el diputado Laspina consideró que “el desafío más importante del Presupuesto es no descuidar la cuestión social; es una prioridad”.
En esa línea, el titular de la comisión de Presupuesto valoró el hecho de que el Gobierno “está cuidando el gasto social, con participación récord de servicios sociales en la historia del Presupuesto argentino”.
Con respecto a la inversión en infraestructura, Laspina expresó que “logramos hacer muchísimo más en poco tiempo, con gran cantidad de obras; se ha concretado un cambio estructural en la forma de entender y ejecutar la obra pública”.
En tanto, hizo hincapié en la incorporación al Presupuesto de “algo innovador y revolucionario para el futuro”, como denominó a la implementación de la ley de participación público-privada, que “es una diagonal -dijo- entre el privatismo y el estatismo extremo en nuestro país”.
“Debemos evitar una nueva crisis fiscal y financiera, por eso es fundamental seguir por una senda de austeridad y de control del déficit fiscal”, enfatizó también, para luego añadir: “El endeudamiento hoy es totalmente sostenible, pero no nos podemos dar el lujo de volver a depender del ánimo de los inversores financieros internacionales”.
Para finalizar, Laspina mencionó que el Parlamento “tendrá el próximo año funcionando a pleno” la Oficina del Presupuesto del Congreso de la Nación. “Será la herramienta técnica que se necesita para seguir ganando espacio en la discusión de cómo gastamos el dinero de los argentinos”, dijo.
Desde el Frente para la Victoria-PJ, el diputado Axel Kicillof definió la propuesta presupuestaria como “neoliberal” y cuestionó que, a su juicio, se basa en el endeudamiento. “La única partida que crece es la de intereses de deuda, que representan 408 mil millones de pesos”, dijo.
Además, exhortó a que el oficialismo revierta esta proyección económica: “Están a tiempo de cambiar estas políticas porque no sirven y los lleva a no poder hacer nada sin consentimiento de sus acreedores”.
Kicillof anticipó que “vamos a votar en contra, como testimonio de que defendemos a los que menos tienen, a los trabajadores, los jubilados, a las Pymes”. Además, afirmó que no pudieron discutir el proyecto «como se debe» y lo consideró “viejo, obsoleto, ya que no incorpora las reformas que propone el propio oficialismo. Eso hace que (el presupuesto) no sirva para nada; tendrían que rehacerlo”.
Desde el bloque Justicialista, el diputado Diego Bossio planteó observaciones sobre el texto del Ejecutivo. Dijo que “el déficit es un problema, es de 640 mil millones y las proyecciones no indican lo que está ocurriendo en el mercado interno argentino”. Asimismo, exigió conformar una Comisión Bicameral para que el Congreso “controle la deuda y recupere facultades”.
En representación del bloque Federal Unidos por una Nueva Argentina, la diputada Graciela Camaño fue crítica con el proyecto: “Venimos escuchando la excusa de la pesada herencia. Este es el tercer presupuesto de este gobierno. Y muestra la decisión de un gobierno que estima que el mayor esfuerzo lo tienen que hacer los trabajadores y los más vulnerables”.
Camaño reprochó la “falta de una visión estratégica” y manifestó que el texto “está atado a la coyuntura electoral; se sigue castigando a las provincias con el látigo y la chequera”. Igualmente se refirió al endeudamiento: “Vamos a seguir endeudándonos hasta el 2020 y va a representar un 38% del PBI. La toma de deuda nos puso en un camino peligroso”.
Por otra parte, el diputado Martín Lousteau, de Evolución Radical, valoró que “es bueno tener un instrumento que se acerque lo más fidedignamente a la realidad”. Sin embargo, expresó “discrepancias en las proyecciones y las prioridades; nos gustaría ver otro tipo de gastos, impuestos y que la brecha se resuelva de otra manera”.
El Frente de Izquierda se manifestó en contra del proyecto enviado por el Poder Ejecutivo y advirtió que votaría negativamente. “Es parte del ´paquetazo´ del ajuste, junto a la reforma tributaria y la previsional”, señaló la diputada Romina Del Plá.
CIERRE DE BLOQUES
A la hora de los cierre de bloques, Marco Lavagna, del Frente Unidos por una Nueva Argentina, reafirmó la voluntad de su bloque de acompañar en general el Presupuesto. Coincidió además en “que el déficit fiscal es uno de los ejes centrales que tenemos que atacar” y reclamó que la ley de leyes “requiere una actualización, dado que fue hecha previo al dictado de varias leyes como la reforma impositiva y la previsional”.
En este sentido, pidió la incorporación de un artículo donde se le reclama al Ejecutivo que, antes del 31 de marzo de 2018, envíe una ley rectificatoria incluyendo estas nuevas leyes.
El diputado Pablo Kosiner, titular del bloque Justicialista, criticó que “la mayoría de las partidas que incluyen la ampliación presupuestaria está destinada al pago de la deuda”.
“La deuda pasa a ser un tema definitivo en la Argentina que viene, para saber si vamos a orientar la economía al crecimiento o al cierre de cuentas”, señaló, y detalló que “la velocidad del endeudamiento público es de 35 mil millones de dólares por año”.
Igualmente Kosiner reclamó que “el gobierno apueste en políticas de crecimiento sostenido basado en el desarrollo, la producción, en la industria y en la inclusión”.
Para el diputado Agustín Rossi, titular de la bancada del Frente para la Victoria, “la ecuación que hoy presenta el gobierno es una economía que abastece al sector financiero y no genera los instrumentos para que el sector productivo crezca”.
Rossi también centró su discurso en el crecimiento de la deuda que, a su criterio, “está atorando el funcionamiento de la economía argentina”. “No vamos a votar este Presupuesto porque no representa la realidad de la economía argentina, es una fotografía de una política que está dañando al conjunto de los argentinos”, resumió.
Mario Negri, titular del interbloque Cambiemos, defendió el texto enviado por el Poder Ejecutivo y consideró que “un aporte que podemos hacer a nuestro país es empezar a que el Presupuesto sea aproximado, previsible y estable; en ese camino estamos”.
LOS NÚMEROS DEL PRESUPUESTO 2018
El Presupuesto 2018 proyecta un crecimiento de 3,5% para 2018. Desde 2010-2011 que la economía no crecía dos años seguido, teniendo en cuenta el crecimiento de 3 % de 2017.
El texto contempla además que la inversión el año próximo llegaría a 17% del PBI y que la inflación continuará bajando en forma compatible con la meta del BCRA (10% +- 2%).
En cuanto a la participación del gasto en servicios sociales, se incrementa en un 76%, lo que representa un aumento de 22% con respecto a 2017.
En tanto, las obras de infraestructura -transporte, energía, obras hídricas, entre otras- aumentarán 17% respecto a 2017 y pasan a representar 8,4% del gasto primario. Incluyendo la Participación Pública Privada, la inversión en obras llegaría a 3,5% del PBI.
“En 2017, por primera vez, en más de 100 años se logran combinar simultáneamente una reducción del gasto público/PBI, una baja de la presión tributaria y un menor déficit fiscal /PBI con la economía creciendo y la inflación cayendo. Esto se repetirá en 2018”, explica el resumen presentado por el ministro de Finanzas, Nicolás Dujovne, a los diputados.
Pacto Fiscal
Como parte de una sesión maratónica, la Cámara de Diputados de la Nación convirtió en ley por 145 votos afirmativos, contra 53 negativos y 20 abstenciones, el Pacto Fiscal rubricado entre el gobierno nacional y 23 provincias. Fue votado pocos minutos antes de las 4 de la madrugada del viernes, sobre el final de una sesión que se extendió durante casi 17 horas.
El Pacto Fiscal, técnicamente denominado ´Consenso Fiscal´, fue suscripto el 16 de noviembre de 2017 entre el Estado nacional y los representantes de 23 de los 24 distritos del país.
La propuesta de Consenso Fiscal que impulsa el gobierno nacional incluye la reforma tributaria –que ya tiene media sanción en Diputados-, la ley de Responsabilidad Fiscal, el desistimiento de los juicios contra el Estado y la solución al conflicto por el Fondo del Conurbano Bonaerense.
El diputado nacional Luciano Laspina, al presentar la iniciativa, afirmó que el Pacto Fiscal “contribuye a construir política de largo plazo en nuestro país” y es considerado como “un acuerdo histórico entre la Nación y las 23 provincias para empezar a resolver problemas que hace mucho tiempo estaban pendientes en la Argentina”.
«El Pacto Fiscal es una solución para resolver los problemas de litigiosidad y del Fondo del Conurbano bonaerense”, señaló el titular de la Comisión de Presupuesto y Hacienda.
Además, destacó: “La gran ventaja del Consenso Fiscal son las reformas profundas que van a permitir seguir por el camino del crecimiento para la erradicación de la pobreza”.
El acuerdo implica, entre otros puntos, el compromiso de las provincias para bajar “impuestos distorsivos”, como Ingresos Brutos y Sellos, por 1,5% del PBI en los próximos cinco años.
En tanto, la provincia de Buenos Aires tendrá una compensación de 20 mil millones de pesos, cifra que se incrementará de manera gradual en los años subsiguientes. En el marco de las nuevas condiciones, la provincia acepta retirar su reclamo en la Corte Suprema de Justicia, con una solución gradual al tema del Fondo del Conurbano.
El titular de la bancada del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, comparó el actual Consenso Fiscal con el Pacto Federal para el empleo, la producción y el crecimiento, firmado en 1993 entre el Poder Ejecutivo y las provincias, y expresó que “es muy similar en conceptos y espíritu”, pero “ese Acuerdo fracasó ya que no hubo ni más producción, ni más empleo ni más crecimiento”.
“Si las recetas son las mismas, los resultados van a ser iguales”, afirmó el diputado, al tiempo que sostuvo: “Este acuerdo trata de condicionar la estructura de gasto de las provincias argentinas y cuando se intenta resolver los problemas por el lado del gasto y el ajuste, siempre genera tensiones”.
En la misma línea, el diputado Axel Kicillof manifestó el desacuerdo con el Pacto fiscal y la ley de Responsabilidad Fiscal, aunque señalo: “Vamos a respetar la autonomía e independencia de los gobernadores en la toma de decisiones”.
“Hay cada vez menos mercado interno y cada vez exportamos menos”, dijo Kicillof, y añadió: “existe un ataque a las economías regionales y eso no se resuelve con este pacto”.
Por otra parte, Marco Lavagna, del Frente Unidos por una Nueva Argentina, consideró que “el Pacto es un acuerdo posible”. Y recalcó que “las provincias no son culpables del desequilibrio fiscal”, ya que “el problema del déficit es principalmente del Estado Nacional”.
“Respetamos la voluntad de los gobernadores y la Nación para firmar el acuerdo”, señaló el diputado y afirmó: “Espero que esto no genere problemas en el aparato productivo”.
Luego, el diputado Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda, indicó: “Con este Pacto los que pierden son los jubilados y los trabajadores, porque se les saca a los que menos tienen”.
Responsabilidad Fiscal
En sintonía con el Consenso Fiscal, Diputados convirtió en ley con votos 159 afirmativos, 55 negativos y 3 abstenciones, el proyecto de Responsabilidad Fiscal, que establece pautas que garantizan la solvencia de las cuentas públicas nacionales y provinciales, con el objetivo de reducir el déficit al 3,2% del PBI en 2018 y al 2,2% en 2019. Con el espíritu de un “Estado austero”, la ley busca que todas las jurisdicciones mantengan control sobre sus gastos.
El diputado Laspina expresó que “con esta norma se pone en el centro del debate la necesidad de recuperar la solvencia fiscal” y añadió que “esta ley, más el Presupuesto de la Nación, que incluye la reducción paulatina del déficit fiscal, son parte de la constitución de una solvencia fiscal de largo plazo en la Argentina”.
El Consenso Fiscal incluye la derogación, desde el primero de enero de 2018, del artículo 104 de la Ley de Impuesto a las Ganancias. Ese artículo es el que establece que un porcentaje de lo recaudado por ese tributo se destina a la provincia de Buenos Aires. Ahora, en lugar de ese aporte que establecía un “techo”, Buenos Aires recibirá una compensación por lo que dejó de percibir.
Otros proyectos girados al Senado
Entre los compromisos, se acordó también prorrogar la vigencia del impuesto al cheque, con una asignación específica del 100% a la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), hasta que se sancione una nueva ley de coparticipación federal de impuestos o hasta el 31 de diciembre de 2022.
El proyecto fue aprobado por 211 votos afirmativos, contra 6 negativos y 1 abstención y será girado al Senado para su tratamiento.
Al respecto, el diputado Lavagna expresó: “Vamos a acompañar este proyecto porque no queremos generarle al Estado un desfinanciamiento grande, aunque todos sabemos que es un mal impuesto”.
En otro sentido, la Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto sobre modificación de la ley 26.912 y su modificatoria, sobre el régimen jurídico para la prevención y el control del dopaje en el deporte. La iniciativa enviada por el Poder Ejecutivo fue aprobada por unanimidad.