Por Raúl López
Cada tanto conviene recordar la forma en que el federalismo triunfante en Caseros, posteriormente y siempre bajo la responsabilidad del mismo hombre, fue derrotado en Pavón.
Cuántos mates se habrá tomado Urquiza mientras debatía en su fuero interno el regalarle a Mitre la Batalla de Pavón, sabiendo que estaba resignando todo un proyecto de Nación al Puerto de Buenos Aires. En fin, y ni hablar de los demás Gobernadores que dejaron solo como loco malo a Peñaloza y casi que lo entregaron, entregándose a sí mismos. El que no pasó a degüello, pasó a galera. Así paga Buenos Aires… pensarían los pobres gauchos que habían ganado en Caseros y fueron traicionados en Pavón.
Cualquier similitud con lo contemporáneo, queda a criterio del que así lo piensa.
Desde mi punto de vista, el Peronismo se ha transformado de una Confederación de Partidos Provinciales, en una alianza explícita de poderes territoriales con el poder emanado de CABA y el Peronismo de la Pcia de BsAs. Una mezcla extrañísima de Frepaso con un PJ capitalino siempre proclive a sentar posiciones socialdemócrata/progresistas. En contubernio con el poder de turno en la ciudad y el siempre eterno manejo de los Barones del conurbano, hoy cercado por los jóvenes de La Cámpora, ávidos de aprovechar el aura de Cristina. Que, por otra parte, si así no lo hicieran, flor de tontos serian.
Y todo ello, cubierto por un manto de garantía para los empresarios y el establishment que aporta Massa y sus adláteres. Por ello, en un claro «solo me debo a mi público», se instauran temas cruciales para el esnobismo capitalino y adyacencias como el aborto y solo interesa conseguir la lapicera para el conformado de las próximas listas de Diputados y Senadores Nacionales, teniendo a Máximo en la Provincia y a Alberto en la Nación. Ni Carlos Grosso lo hubiera hecho mejor. Casi diríamos que la Biblia junto al calefón.
En los albores de esta historia, Alberto tomó las riendas del subte B en L.N. Alem, arengó y subió al último vagón a los 24 Gobernadores, y no llegó a la estación Abasto, cuando ya Doña Vilma había tomado el control, clavó a 20 Ministros de CABA o Pcia de BsAs. Salvo un formoseño que vive en CABA y un santafesino que apenas viaja a su provincia cada tanto para completar un gabinete «federal».
Los Gobernadores? Bien, gracias. Solo por ahora, tratando de que no les apaguen el aire acondicionado. Todos sabemos lo que es estar en semejante encerrona en esas condiciones. Transpirando, con algunos síntomas de claustrofobia y además pidiéndole al cielo que el frepasito tardío arranque el tren de una buena vez.
Con la ñata contra el vidrio esperan, como el ciego de Carriego. O como Peñaloza momentos antes de que Mitre lo haga pasar a degüello.
Quizás para que se entretengan un ratito, les tiraron un «mastiquín» de madera al poner en extraordinarias el tema de suspensión de las PASO, o su cambio de fecha a su pedido, como maquillaje. De cualquier modo se ve tan difícil que salga como que el Frepasismo tardío conduzca al Peronismo. Ups….no era así?
Ahora bien, el Gobierno está en los hechos derrumbando de a poquito la campaña orquestada por el pseudo gremio de visitadores médicos de Pfizer, integrado por un enorme abanico de senadores, diputados, dirigentes y muchísimos periodistas y opinólogos que saturaron nuestros oídos con su lobby atroz para la vacuna de ese laboratorio y que al día de hoy, se llaman a un prudencial silencio. Pero ojito, solo por ahora y solo en ese tema. Para todo lo demás existen las candilejas de escenarios, medios y todo aquello que sirva para lijar lo poco o mucho que pueda hacer este Gobierno respecto a cualquier tema.
Por suerte para este periodo pre electoral, existe Lilita Carrió, que dejó de lado un ratito su condición de Macartista de la primera hora contra la vacuna rusa y viró cual trombo desbocado hacia la interna de Cambiemos (o como se llamen a esta hora) haciendo caer rayos y centellas desde su púlpito, sobre cualquier tipo que haya pasado relativamente cerca de una unidad básica en algún momento de su vida, aunque solo fuera para consultar el padrón. Y así, aprovechando la debilidad del PRO, lanzó su ataque furibundo contra los Monzó, los Frigerios y muchísimos más, total sabe que empieza nuevamente a regir su abono televisivo premium en los programas «políticos» del grupo. Lástima que Máster Chef está en otro canal y así nos perdemos que además, entre ollas y sartenes nos brinde su sapiencia y nos ilumine en esta lucha santa entre el bien y el mal. Les dejo picando la idea a algunos productores. Así podrán colar ante el espanto escénico de la Alianza, muchísimos candidatos que no aportan un voto pero sí mucha audiencia asegurada.