Por Oscar Lamberto
Después de la derrota en las elecciones presidenciales de 2015 , un grupo muy pequeño de peronistas con un larga militancia, decidimos hacer una revista, para generar un debate que tuviera como eje la reconstrucción del movimiento nacional de cara al siglo 21.
Ese concepto quedó plasmado en el nombre de la revista, Movimiento 21, y comenzamos a caminar un sendero de libertad que ponía fin al pensamiento único. En cada número se hizo una presentación con expositores invitados, la concurrencia fue creciendo a medida que crecía la revista en conocimiento y en tiraje. También incorporamos el formato digital, con presencia en una página web y en las redes sociales.
La presentación del número siete de la revista , que además trae una separata, con una propuesta política de 10 puntos para la reconstrucción de La Nación, tuvo como oradores invitados, al director de la Revista Hugo Uisel Quintana, al Senador de la Nación Miguel Ángel Pichetto, y al gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey.
Más de mil dirigentes y cuadros políticos, llegaron de todas partes, había una manifiesta voluntad de participar, en lo que se percibe, como una construcción colectiva, democrática y pensando en los desafíos del futuro.
Fue un acto donde había alegría, nadie tuvo que renegar de su historia, ni deponer banderas, cada orador se expresó con absoluta libertad y cada participante pudo sacar sus propias conclusiones.
Estos fueron los hechos, el mundo virtual lo vivió de otra manera, las anteojeras de los prejuicios o la mediocridad del enanismo político , hizo que algunos trataran de minimizarlo o descalificarlo.
Es que pensar sigue siendo peligroso, para los que creen en un concepto dogmático y sectario de la política y que una única voluntad y un único dedo debe seleccionar los lugares y las jerarquías del movimiento.
El movimiento nacional no puede reconstruirse con un acuerdo de cúpulas, que se juntan para repartir los despojos de las glorias pasadas. La única legitimación posible es la participación y el voto popular.
Si uno confía en la voluntad de la gente, y ningún peronista puede no confiar, las diferencias internas no se resuelven con anatemas, sino con la urna.
Lógicamente que no sólo puede ser una cuestión de nombres sino también de propuestas y visiones correctas de la realidad.
El gobierno de Macri está en un plano inclinado de franco deterioro, la crisis tan temida, ha llegado, y las crisis siempre dejan heridas profundas y a veces mortales.
No tiene márgenes, si hace el ajuste para lograr el equilibrio macroeconómico, va a desencadenar tremendos conflictos sociales, si no los hace los mercados se lo llevan puesto.
No son pocos los que desean ver al presidente huyendo en helicóptero, que sería la culminación de la catástrofe, sin medir las consecuencias del costo social que se debería afrontar .
Todo indica que no habrá solución indolora, es de la política distribuir las cargas, de lo contrario la distribución la hacen la economía y la pagan los más débiles.
Desde Movimiento 21 hemos propuesto 10 medidas estructurales para la construcción del país para el siglo que estamos transitando, no son una aspiración de deseo, son metas posibles que miran los problemas como una totalidad.
No son facilismo declamatorio, sino la ruptura definitiva con el país de las frustraciones. Las grandes epopeyas requieren de grandes sueños.
No hay una salida posible sin una conducción política sólida, con gran respaldo popular. Es una tarea inmensa, imposible de llevar a cabo por algunos iluminados o por un solo partido, requiere de acuerdos que se mantengan por varias generaciones.
La denostada generación del 80 imaginó un proyecto de Nación que mantuvo durante cuarenta años, pasando por distintas presidencias, muchas antagónicas por rasgos personales, pero que mantuvieron las mismas políticas.
Ocupación del territorio, construcción de la red ferroviaria, inmigración masiva, apertura a los mercados internacionales, educación obligatoria, laica y gratuita , matrimonio civil, servicio militar obligatorio, entronización de los padres de la patria , creación del sistema financiero, son algunas de las medidas que se desarrollaron durante ese periodo, y que colocaron al país entre los diez más ricos del planeta.
Las muchas críticas que se formulan a esa época no están despojadas de razones, pero no se puede negar que hubo una idea que se plasmó en un proyecto y se desarrolló durante varias generaciones.
Paradójicamente casi un siglo después , los descendientes de aquella generación hoy están en el gobierno, pero no es una cuestión de genes , con errores y aciertos , sus ancestros fundaron una nación, los actuales gobernantes que llegaron generando grandes esperanzas, a poco de andar se convirtieron en una gran frustración.
Los herederos de la “oligarquía con olor a vaca” , devinieron en financistas , banqueros, intermediarios. Los abuelos gastaban la plata en Paris, pero construían palacios en medio de la pampa. Los nietos viven en barrios privados y guardan sus fortunas en paraísos fiscales.
La negación permanente del pasado que hacen los funcionarios del gobierno, al principio se vendió como estrategia, pero a poco de andar se vio que era pura ignorancia. Quien no conoce la historia vuelve a cometer los mismos errores. Ya nos pasó demasiadas veces que en vez de afrontar los problemas de la economía los financiamos. Una generación destruye la moneda, la que sigue destruye el crédito, nada de esto es gratis, lo paga el pueblo casa vez más pobre.
Para generar riquezas hay que producir más , para ello hay que invertir, incorporar tecnologías, ganar mercados , en dos año de gobierno, pese al discurso, se hizo lo contrario, y hoy para apagar el incendio están tocando las puertas del FMI.
La tormenta perfecta ha llegado, el triple déficit , requiere de decisiones que generen reformas estructurales que se mantengan en el tiempo. Con acuerdos políticos básicos es muy difícil, sin acuerdos es imposible.