Cuando el 12 de noviembre pasado la Cámara de Diputados dio media sanción al el proyecto de ley sobre reconocimiento de una compensación económica a favor de los ex agentes de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Sociedad Anónima que no adhirieron al programa de propiedad participada, los ex «ypfianos» que estaban en los palcos y los que desde todo el país seguían atentamente la sesión, estallaron de alegría.
No era para menos. El reconocimiento que el estado les debía desde aquella privatización, injustamente demorado tantos años, estaba dando un paso importantísimo hacia su concreción.
El diputado Feletti incluso los ilusionó con un càlculo que arrojaba la suma de 411 mil pesos para cada uno, surgido de multiplicar el valor de las acciones de YPF de esa fecha por las 956 acciones que el proyecto otorga a cada ex trabajador.
Lo que nadie podía imaginarse entonces era la caída del precio del petróleo con la consiguiente depreciación de las acciones. Si la ley se aprobara hoy y promulgara mañana, la suma que percibirían -siempre en Bonos de Consolidación- sería de 303 mil pesos, un cuarto inferior a la de la fecha de la media sanción.
Como si todo esto fuera poco, en el Senado han surgido dudas respecto a la redacción del proyecto sancionado por Diputados y existe la amenaza de que su sanción definitiva se postergue hasta el próximo año, cuando Diputados debería aceptar o rechazar las modificaciones que eventualmente introduzca el Senado.
Actualmente se efectúa una reunión entre la presidente de la comisión de Trabajo del HSN y funcionarios del Ministerio de Economía en la que se decidirá el futuro de este proyecto.