Por Oscar Lamberto*
Las letras de Discépolo son inmortales y de una actualidad constante. Pasan las décadas y cada estrofa parece que fue escrita para el día que comienza. La mentira es el método que han institucionalizado los gobiernos para mantenerse y lograr que además la gente los respalde con su voto.
Se construye una realidad virtual con metas de felicidad y se la repite hasta el hartazgo, siempre algún incauto terminara tomándolas como ciertas.
El termómetro de la felicidad más utilizado es el crecimiento del PBI (Producto Bruto Interno) donde además de construirse con estimaciones de dudosa certeza, cuenta como crecimiento la destrucción del planeta, así será positivo, talar bosques, fumigar la tierra con químicos nocivos para la vida, contaminar los ríos, producir comida chatarra y después sumar como producto la facturación de hospitales y sanatorios, la construcción de cementerios y hasta los ataúdes.
Además el PBI mide cuanto se produce (sumando lo que se destruye) pero no como se reparte y puede darse la paradoja que una economía crezca y que unos pocos se queden con la mayor parte de la torta, hecho comprobable en la mayoría de los países del planeta.
Nuestro país ha tenido etapas de crecimiento en la última década y no obstante un tercio de la población vive en la pobreza. Y aquí volvemos a mirar el famoso PBI , quienes son los mayores contribuyentes a su formación: agroindustria, minería , pesca, industria automotriz, industria en general, construcción, que en conjunto solo aportan el 20 por ciento del empleo, el otro 80 lo aportan los servicios incluyendo al Estado.
La agroindustria abarca una asociación que conforman los dueños de la tierra, contratistas que la trabajan, semilleros que aportan los granos para la siembra, empresas químicas que suministran los herbicidas y plaguicidas, la industria metal mecánica que provee la maquinaria y los silos, los camiones, trenes y barcazas que llevan las cosechas a puerto, barcos de ultramar que la transportan al mundo, empresas agro exportadoras que compran y venden las cosechas y bancos que financian.
En todo este entramado productivo, existe un alto porcentaje de empresas de capital extranjero, que llevarán sus ganancias a otras tierras, de manera que un porcentaje significativo del producido por la principal actividad no le pertenece al país .
Otro motor importante del PBI lo constituye la industria automotriz integrada por catorce terminales de marcas internacionales, más autopartistas, y el conjunto de servicios ligado a la industria automotriz, talleres, repuestos, garajes, estaciones de servicios, etc.
Más de la mitad de los componentes de un vehículo fabricado en nuestro país son importados y cerca del 40 por ciento de los terminados se exportan. En general como los conglomerados están de ambos lados de la frontera, se compran y venden entre sectores internos y los precios son convencionales según sean los tributos en cada país.
El mercado interno explica el otro sesenta por ciento, las camionetas de alta gama han sido el símbolo de la bonanza en el complejo sojero y de paso una forma de llevarse otra parte de la ganancia del campo a otros dueños.
La minería tuvo su auge a partir de los noventa con una legislación de fomento, los capitales son íntegramente extranjeros y en el caso de la Alumbrera se llevaron una montaña entera con todos los minerales que contiene, hay otras que el mineral lo procesan en nuestro territorio y nos enteramos de su existencia cuando se les escapa el cianuro a los ríos cordilleranos.
Como una rama especial de la minería merece un punto aparte el petróleo quizás el que tenga mayor participación del capital nacional y con la crisis energética que soporta el país, es uno de los sectores que despiertan grandes expectativas.
También en este sector aparece el impulso por energías renovables, proceso que aunque auspicioso, aún está en la etapa de los anuncios.
Los mayores contribuyentes a la formación del PBI tienen un alto grado de extranjerización, que mediante la distribución de dividendos, patentes y regalías van a integrar el producto de otras naciones.
En el país quedan impuestos, salarios, contratistas, pequeñas y medianas empresas que abastecen a las terminales.
Las pymes son las que incorporan la mayor cantidad de mano de obra, aunque en los años recientes la mayoría se transformó en armadoras de productos importados mayoritariamente chinos.
Los impuestos, demasiados altos, van a alimentar al socio mayoritario: el Estado, quien debe asegurar los servicios esenciales de una nación, educación, salud, justicia, defensa, seguridad, previsión social y subsidios económicos, que además constituyen las herramientas de la distribución del ingreso.
El Estado genera más del 20 por ciento del empleo, además de abonar pensiones, jubilaciones y planes sociales que en conjunto son la mitad de la población.
En la escuela primaria nos insistían que la Argentina era un país rico muy poco explotado y ahora que está muy explotado, comprobamos que o no alcanza para todos o alguien se queda con la mayor parte.
El gobierno anterior no tenía demasiados afectos con los sectores productivos, principalmente con la producción agropecuaria , el actual plagado de CEOS sabe de negocios pero desconoce cómo funciona el Estado.
Se vive en la realidad virtual, se prometen cosas que jamás van a cumplir, todos sabemos que las cuentas de la tarjeta en algún momento llegan, como llegaran los vencimientos por él endeudamiento a lo loco que está haciendo el gobierno.
Se especula, para impulsar el crecimiento, con inversiones que no llegan, y no llegan porque los inversores quieren dos cosas: ganar mucho, rápido y sin riesgo y además poderse llevar la ganancia. Pesa nuestra historia, pero además la capacidad de gestión y de liderazgo del gobierno. Los inversores saben que los globos amarillos sirven en los cumpleaños, pero no conmueven sus bolsillos.
El gran riesgo de perdurar en la mentira, es que cada tanto, como ocurre con los volcanes, el subsuelo de la patria sojuzgada irrumpe y cambia la historia.
*Presidente de la Auditoría General de la Nación
Nota publicada en movimiento21.com.ar