por Horacio Umbídez
El Senador Pichetto cerró sus discursos en todas y cada una de las leyes que el Tercer Gobierno Radical (TGR) necesitó en sus albores repitiendo una y cien veces la necesidad de un Pacto de Gobernabilidad, un Moncloa autóctono.
Pero no. Se impuso la opinión sabionda y muy gravosa del verdadero artífice de los desaguisados que hoy acorralan al TGR. Me refiero a Jaime Duran Barba, que por supuesto decía solamente lo que Macri quería escuchar. Nada mas ni nada menos. El diálogo y el saber escuchar no deberían ser solamente slogans que asesores de imagen o gurúes políticos ponen en boca de nuestros gobernantes.
El Gobierno perdió tiempo, energia y plafón político en aras de mantener una imagen de poder ficticia. Tiempos que fueron de oro para el país y que hoy solo se transformaron en quedar a mitad de camino en lo que realmente el país necesitaba.
Cuando se bajan del caballo, logran cosas importantísimas como el arreglo con los holdouts; las adendas de los CCT de gremios que se ponen al hombro la recuperación del país; el dialogo permanente con los Gobernadores; recuperar imagen internacional – por ahora guita no-; el blanqueo y algunas otras, pero que chocan con la negativa a “perder” poder mediático si se armaba una mesa de dialogo nacional con todos los actores necesarios.
Dialogar y negociar entre gallos y medianoche con algunos actores y después hacer lo que uno quiere, no es lo mismo que le recomendaban tanto Pichetto como los Gobernadores y la CGT en su momento. Pero se eligió hacer todo para armar una buena campaña electoral en el 2017. El «somos nosotros o vuelven ellos» (por el kirchnerismo)
Esa actitud mezquina, sumado a los desaguisados con Avianca, Correo, peajes, etc., conlleva a estar hoy sufriendo una presión y una terrible baja en las encuestas, que tranquilamente se podrían haber evitado.
Está bien jugar en equipo, pero no para Macri, sino para el país.