Por Horacio Umbídez
Es verdaderamente conmovedor el ver a los jugadores del TGR (Asis dixit) transpirar la camiseta de su equipo, para tratar de revertir el resultado adverso de un partido amistoso, al que ellos mismos transformaron en la final de la Copa del Mundo.
Pero muchísimo más lo es ver a su hinchada desgañitándose fervorosamente, alentando sin cesar y usando todas las estratagemas que le permiten la poca moral y muy escasas buenas costumbres que les van quedando.
Si hasta da “cosita” ver como los jefes de la barra brava, Ña Lilita y Don Leuquito, se cargan la campaña al hombro ante el fracaso de su equipo y usan todo los artificios posibles. Hasta inventan programas de TV que solo son manotazos de ahogado para revertir un partido que nunca se debería haber jugado. Los diarios de Yrigoyen rompen con su tradición de publicar las encuestas de M&F y de Poliarquia de los domingos anteriores al partido.
Aunque intenten disimular victorias a lo Pirro con la fabula de «aquí los buenos y de aquel lado los malos», lo cierto es que nuevamente el Fiscal Stornelli, el “bienpagado” junto a Montenegro por el caso Skanka, consiguió darle y reforzarle el paraguas protector a Julio De Vido al precipitar la martingala del desafuero. Por supuesto que con la inestimable ayuda de la Dra Carrio, fogonera de la expulsión en vez de la suspensión, jugada que sí habría conseguido muchísimo mas apoyo que el jueguito electoral para la tribuna de la sesión del miércoles, en la cual cada uno de los forjadores de grieta se quedó con algo: Cambiemos con lo que piden los medios que los conducen y el ex Ministro con la protección que necesitaba con suma urgencia.
El lado B de la grieta, invento del Gobierno anterior hoy usado y alimentado por el TGR, resulta que se agrandó hasta poner al borde de la derrota en el partido amistoso al mismísimo Campeón. De ahí los nervios y el susto que se nota a medida que se acerca el final del partido y no consiguen ni el empate. Y los goles que esperaban que hiciera la economía, ni siquiera pasan cerca del arco. Es más, salvo un comienzo de partido auspicioso, todo lo demás solo fueron goles en contra o jugadas de riesgo autoinflingidas por impericia o soberbia de los defensores.
En el banco de suplentes, las alternativas para entrar, precalientan pero ni se preocupan por jugar el partido que la grieta propuso, mas bien todo lo contrario. Les importa un bledo este amistoso. Deben cuidarse para el partido de verdad que es dentro de dos años y sólo tratar de salir bien parados en esta simple escaramuza. Si igual la hinchada (los diarios de Irigoyen) recién les va a prestar atención dentro de un tiempo para ver que prebendas les pueden sacar. Entre entradas de favor y trapitos estará la cosa. Pero no en este partido, acá ya sacaron todo lo que querían sacar.
Lo único que les preocupa en realidad, es que todas estas jugadas inventadas y al límite, sean el detonante de la salida del letargo de los que están en el banco o que ni siquiera fueron a la cancha. Y esos son pesados de verdad cuando tienen las luces prendidas. Intermitentes, pero de gran peso y presencia en la cancha, son los Gobernadores, la CGT y el Pueblo Argentino.