Por Raúl López
raullopez@laborlegislativa.com
“…Cuando uno está en una situación de inflación alta y muy alto endeudamiento, lo primero es llamar a los distintos sectores sociales e intentar un acuerdo económico-social. En 2002 hubo un Presidente con vocación de consenso, un equipo económico con una política distinta y una sociedad que comprendió. Hubo un marco con los factores de poder, empresarios, sindicalistas y demás que fue el diálogo argentino. Participó la Iglesia y los Partidos Políticos y ayudó a crear el marco para que los precios no se comieran el trabajo inicial que se había hecho…”
Estas líneas son solo una pequeña pero sustanciosa parte del reportaje que Ernesto Tenembaum le realizó a Roberto Lavagna en los estudios de Infobae.
A medida que continuaba la lectura del mismo y al margen de las diversas “chicanas” que Lavagna cruzó con la dupla Macri- Majul, en su descripción de lo bien que estamos pero lo mal que nos va, vino a mi memoria el acto en el Salón Azul del Honorable Congreso de la Nación Argentina allá por mayo del 2017.
Una gran masa crítica de políticos y legisladores, encabezados por Miguel Pichetto, Ernesto Sanz y Federico Pinedo, acompañados por Oscar Lamberto, Humberto Roggero, Jesús Rodríguez y Remes Lenicov -entre muchos otros presentes- que, sabiendo lo que ocultó el nuevo Gobierno con respecto a la dificilísima situación económica, coincidió en señalar que la única salida posible era realizar un gran acuerdo nacional con todos los sectores con injerencia en la vida y la economía. Un pacto de sangre sobre decenas de temas prevaleciendo el económico, que permitiría sacar a este bendito y sufrido país de la situación que se presentía y que hoy se ha agravado sensiblemente.
Pero, la soberbia o la inutilidad pudieron más. Obviamente el creer que todo lo sabe y que con los trolls y la prensa adicta todo sería superado, nos llevo a que no solo una importante cantidad de flit cayera sobre dicha idea, sino que además se llevo puestos a los pocos que verdaderamente sabían en este Gobierno. Basta recordar los ejemplos de Prat Gay o de Melconian, entre otros.
Este gobierno se parece cada vez más al anterior. No quiere Macri apartar al Juez Padilla de la misma forma que antes el Cristinismo lo pretendió con otros jueces? O la causa por espionaje, no se cerró recién de que asumiera como Presidente en un tramite expréss? Es distinto al caso de enriquecimiento ilícito cerrado de la pareja presidencial K de entonces por varios jueces federales? O fue puro republicanismo la maniobra para cargarse a Lorenzetti? O las dos facciones no pugnan si ganan por ampliar la Corte y transformarla en adepta….cueste lo que cueste?
No está entre nosotros Discépolo, sino Mordisquito no pararía nunca de hablar o escribir. Paño sobra. Y lo más seguro que no hablaría o escribiría sobre el dólar y sus variaciones, sino del índice que más le duele a muchos millones de argentinos, el que indica que por la inutilidad de unos pocos, el hambre acucia y el índice carnaza o leche esta que vuela. Y ese sí que hace estragos en la imagen del Gobierno.
Pero continuamos con los aplaudidores que ahora escriben o hacen reportajes, con la soberbia de que con los trolls arreglamos todo y con el microclima en el que solo ellos viven.
En el país de los ciegos el tuerto es Rey, pero el pueblo ya tiene los ojos bien abiertos.